lunes, 22 de noviembre de 2010

"Democracy, Liberty, and Property".

La historia de los Estados Unidos es poco conocida por los lectores de habla castellana, a pesar del protagonismo de este país en la escena mundial, sobre todo a partir de la segunda guerra. Lo que se afirma sobre los Estados Unidos está, en líneas generales, teñido por los prejuicios –a favor o en contra-, más que en el conocimiento de su pretérito y de su sistema político y constitucional. Este desconocimiento es mayor cuanto más lejana sea su historia, por ejemplo, su largo y fecundo período de las trece colonias o bien durante su proceso de emancipación y organización constitucional.
Democracy, Liberty, and Property es una recopilación de actas de las convenciones de reforma constitucional en tres estados: Massachusetts (1820), New York (1821) y Virginia (1829-1830), cada una motivada por razones muy diferentes, lo que ayuda a comprender un poco más la complejidad de los Estados Unidos.
La convención constituyente de Massachusetts tuvo lugar cuando el Estado de Maine se separó y comenzó su propio camino, por lo que por primera vez desde 1780 se enmendó el texto de ese Estado. La controversia giró, esencialmente, en el sostén del estado a las denominaciones religiosas, y esto está directamente relacionado con la historia de Massachusetts, que nació como cobijo para los disidentes en Gran Bretaña. Para los constituyentes de 1820, aún resultaba impensable la separación de religión y Estado, por lo que el sostén siguió siendo de las autoridades hasta 1830, cuando prosperó la iniciativa de que fueran los feligreses quienes aportaran a sus denominaciones libre y voluntariamente. La otra gran cuestión –que compartió con las convenciones de New York y Virginia- es la calificación de votantes de acuerdo a su propiedad. El choque entre democracia con sufragio universal y aquellos que querían preservar un sistema en el que únicamente eligieran y pudieran ser electos ciertos propietarios, fue un largo batallar en Estados Unidos. En esta convención participó nada menos que John Adams, autor de la constitución original y que fue presidente de los Estados Unidos; también estaban el juez Joseph Story, de la Corte Suprema, y el ascendente Daniel Webster.
La convención de New York, por su lado, no estaba teñida de cuestiones religiosas, sino de la ampliación de la representación y de la eliminación de algunos órganos que fomentaban el clientelismo, como el Council of Appointments. El hecho que particularmente me sorprendió, fue la privación de derechos políticos a 30 mil ciudadanos negros en esta reforma constitucional, los que recuperaron quince años después. La democracia, en esos tiempos, era un patrimonio blanco y así se entendió en varios estados que siguieron la política de segregación de New York, a pesar de que no aceptaban la esclavitud. Una de las figuras más destacadas de la convención fue Martin Van Buren, presidente de Estados Unidos entre 1837 y 1841.
El tercero de los estados, Virginia, sí era un estado esclavista. El conflicto era, nuevamente, la representación desigual entre la región este y la occidental del Estado. Aquí participó el ex presidente James Madison, ya anciano. De la lectura de estas actas, es paradójico que la postura demócrata de Jefferson de extender el sufragio universal, fue utilizada como un argumento para reforzar la supremacía racial blanca, ya que el derecho de votar los alejaba todavía más de la situación de los esclavos.
Dato interesante: las tres reformas fueron sometidas a plebiscito y algunas enmiendas fueron rechazadas por los ciudadanos. Las constituciones no habían sido escritas desde la nada, sino que se habían apoyado en las cartas elaboradas en tiempos de la colonia, por lo que había una tradición de continuidad jurídica y política.
Está precedido por una introducción general Merrill D. Peterson, y luego hace un estudio preliminar a cada una de las recopilaciones por Estado, lo que nos ubica en el contexto de las discusiones en tiempo y espacio.
Es un libro interesante para quien desee adentrarse en la historia de Estados Unidos, dispuesto a comprender las virtudes, vicios, falencias, luces y sombras de la cuna del constitucionalismo moderno.

Democracy, Liberty, and Property, Indianapolis, Liberty Fund, 2010. Edited by Merrill D. Peterson.

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