sábado, 25 de agosto de 2012

"Rojo y negro", de Stendhal.

Rojo y negro, de Stendhal, es una obra maestra del siglo XIX. Su protagonista, el joven Julien Sorel, representa las aspiraciones de ascenso social en tiempos de la Restauración borbónica en la Francia posnapoleónica, siendo él hijo de un carpintero en el Franco Condado.
Julien Sorel, a diferencia de sus hermanos, era aficionado a la lectura y frecuentó al médico local y al cura párroco. El primero le transmitió su fascinación por el emperador Napoleón, en tanto que el segundo creyó encauzarlo por el camino de la fe católica, con la esperanza de convertirlo en sacerdote.
Lo cierto es que Julien Sorel no tenía creencias religiosas, pero tenía una memoria prodigiosa y había memorizado partes extensas de la Biblia, así como había logrado conocimientos de latín. El prefecto de Verrières, el señor Rȇnal, lo contrató como instructor de sus hijos para demostrar su riqueza en el medio rural. Con lo que no contaba este hombre, es que Julien Sorel logrará seducir a su esposa, la señora Rȇnal. El joven Sorel sabrá ocultar sus simpatías napoleónicas en un hogar legitimista y, gracias a su astucia, logrará ser enviado al seminario de Besançon cuando en Verrières comience a circular el rumor de su romance con la señora Rȇnal. 
En el seminario aprenderá que sus artes del mundo profano son inútiles, y sufrirá duras lecciones para adaptarse a los nuevos códigos en un mundo también de pequeñas y grandes ambiciones, alejadas de la espiritualidad. Gracias a Pirard, su protector y Abad en Besançon, logrará colocarse en París en el palacio del marqués de La Mole como secretario particular de este gran aristócrata.
Allí comenzará una nueva etapa en su vida, en la cercanía a importantes personajes de la aristocracia y la Corte. Demostrará su mérito e inteligencia al marqués, a la par que despertará el amor en Matilde de La Mole. 
La psicología del protagonista es compleja: juega con los sentimientos de quienes lo rodean, disimula sus verdaderas intenciones y aprovecha su encanto personal e inteligencia para abrirse camino en una sociedad marcada por la jerarquía y el miedo a una nueva ola revolucionaria. Las circunstancias son aún más interesantes cuando añadimos que la segunda parte se desenvuelve en 1830, en medio de las intrigas que llevaron a la caída del último rey Borbón francés, Carlos X. Si se tienen conocimientos elementales de la historia francesa del siglo XIX, se disfrutará aún más. El modelo prometeico de Napoleón Bonaparte, en su fulgurante ascenso a la cima social, estaba vivamente presente en el imaginario simbólico de la Francia decimonónica, y así lo deja sentir Stendhal en sus páginas.
El libro puede comenzar en forma tediosa o desordenada, pero luego comienza a fluir con naturalidad en el correr de los capítulos. El final, trágico, nos lleva a reflexionar sobre la identidad de este joven que buscó, en medios de los senderos tortuosos de la hipocresía, un camino para sobresalir.

Stendhal, Rojo y negro.

domingo, 12 de agosto de 2012

"Los tigres de Mompracem", de Emilio Salgari.

Y sí, también hay que retornar a esas fecundas lecturas de la infancia y adolescencia temprana, dejar que la imaginación remonte a latitudes lejanas y entretenerse. Es el caso de Los tigres de Mompracem, de Emilio Salgari, que tiene como protagonista al legendario Sandokán, ambientada en el Sudeste asiático.
Pirata a pesar suyo, príncipe de nacimiento, Sandokán se convertirá en el temible Tigre de Malasia cuando una conjura de británicos con el Sultán de Borneo le quite el trono. A partir de ese momento, el joven príncipe jurará odio a sus enemigos. En la isla de Mompracem hará su pequeño país, y desde allí desatará la tormenta de su venganza hacia ingleses, holandeses, españoles y súbditos de Sarawak. 
Empero el odio que le despertaban los hijos de Albión, viajará a Victoria para conocer a la famosa Perla de Labuan, una joven que despertará el amor en Sandokán. El pirata, entonces, deberá enfrentar a sus poderosos enemigos para quedarse con la joven, que acabarán con su fortaleza en Mompracem, aun cuando logre huir finalmente con la joven Mariana Guillonk y sus más fieles seguidores, entre ellos el portugués Yáñez. 

Emilio Salgari, Los tigres de Mompracem. Madrid, Alianza.

lunes, 6 de agosto de 2012

"Nacimiento y renacimiento", de Mircea Eliade.

Nacimiento y renacimiento es una obra en la que Mircea Eliade, conocido historiador de las religiones, se aboca a estudiar los ritos iniciáticos en Australia, América del Sur, África, Siberia y antiguas culturas, como Grecia.
En las culturas que están caracterizadas por lo sagrado, el rito de iniciación puede ser de pasaje de la niñez a la adultez, el de la iniciación de un chamán, o bien de incorporación a una hermandad esotérica.
Mircea Eliade abunda en detalles y paralelismos de estos tres grandes tipos de iniciación. 
¿Qué es la iniciación? No sólo hay una transmisión de conocimientos sagrados y míticos al neófito, sino que lo más importante es la transmutación espiritual del mismo. Antes, era un profano, un niño ignorante envuelto en las tinieblas; con la iniciación, conoce los misterios que antes le eran vedados y puede ver la luz del conocimiento. Es el retorno al útero, la muerte del hombre profano para mutar en un ser espiritual pleno y consciente de la sacralidad del mundo. Una muerte y renacimiento, una profunda mutación ontológica, tal como la que se observa en los períodos de la naturaleza.
De particular interés resulta su estudio sobre el chamanismo desde la perspectiva iniciática, que en rigor trata con más claridad y profundidad en su libro El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis.
Mircea Eliade señala los rasgos iniciáticos del cristianismo, que se difundió en el imperio Romano en tiempos de crisis. Esta nueva religión, para adquirir un carácter universal, debió nutrirse de los misterios grecoorientales así como de la filosofía. Tanto el bautismo como la eucaristía, entonces, pueden ser estudiados desde este costado no explorado. Es claro que el bautismo es un rito de pasaje y purificación que, en tiempos originales, era para adultos. Pero Eliade se distancia del teólogo y sacerdote Alfred Loisy que, a principios del siglo XX y para escándalo de la Iglesia Católica Romana, señalaba una fuerte influencia de los misterios grecoorientales en el cristianismo. Si bien los misterios de Eleusis perduraron un milenio en la Hélade, de ellos son pocos los rastros que nos han llegado, lamentablemente, no sólo por el fuerte secreto que los envolvía, sino también por haber sido borrados por el cristianismo.
Eliade señala que muchos movimientos de carácter esotérico y ocultista intentan llevar adelante algunos ritos de tipo iniciático, aunque en forma burda, pero que a su criterio demuestran la necesidad de religiosidad en el mundo contemporáneo. Para el autor, la única sociedad iniciática seria y consistente del mundo moderno es la masonería, desdeñando el resto como imitaciones sin mayor sustento. 

Mircea Eliade, Nacimiento y renacimiento. Madrid, Kairós, 2000. ISBN 84-7245-485-1